Dicen que era pelirroja, tenía fama de independiente e indómita, como una tierra salvaje. Era nieta de Guillermo IX de Aquitania, zona del sudoeste de Francia, más rica y poderosa que la misma Francia en el siglo XII. Cuentan que Leonor estaba fascinada con su abuelo y que solía salir a cazar con él, que de él aprendió el arte de trovar, de escribir poemas y versos para cantar, acompañada de instrumentos.
Leonor heredó el territorio de Aquitania muy pronto, con lo que se convirtió en Duquesa de Aquitania, un importante legado. Pero también pronto se casó con el rey de Francia, convirtiéndose, en reina de Francia. Las cosas no fueron bien y Leonor y su esposo Luis VII de Francia anularon en Roma su matrimonio. Poco tiempo después, Leonor se vuelve a casar, esta vez con Enrique II Plantagenet, que sería rey de Inglaterra. Leonor fue Duquesa de Aquitania, Reina de Francia y Reina de Inglaterra. Como era una apasionada del arte y la música y se hacía rodear de músicos y poetas, paseó sus gustos por la Europa de su tiempo, durante el siglo XII, poniendo de moda estilos de melodías y danzas, las canciones de amor cortés y la literatura de corte caballeresco. Tanto como compositora como mecenas fue fundamental para la época. Fue madre, además, de Ricardo Corazón de León, que también sería trovador, cantando en la corte sus hazañas en las cruzadas. Al ser una mujer con gran poder político y tener una personalidad arrolladora pudo impulsar una nueva música.
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