Blanca nace en (Palencia en el año 1188) en el seno de una extensa familia, siendo la novena entre sus hermanos, todos ellos educados y preparados en la política y en las artes. Fue precisamente en este último apartado donde la familia real castellana destacó debido al gusto que mostraron por las artes y las letras, tradición heredada directamente de la madre de nuestra princesa, Leonor. El padre de Leonor de Aquitania y por tanto el bisabuelo de Blanca de Castilla, Guillermo X, fue el impulsor de los cantares de gesta, los primeros escritos en lengua romance así como de trovadores y poetas.
Son por tanto los primeros años de vida de Blanca apacibles. Encuentra la princesa un sitio adecuado entre sus hermanas, todas ellas de enorme belleza e inteligencia, cualidades que demostrarán, cada una de ellas, en sus años de reinado y es que todas las hijas nacidas del matrimonio de Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet, serán reinas: Urraca en Portugal; Berenguela, en Castilla; Leonor en Aragón y la misma Blanca, en Francia. Educadas en el mismo ambiente, destacaron en su tiempo por su prudencia, su inteligencia, su buen hacer y las dotes de gobierno que demostraron en unos tiempos convulsos y difíciles. De cualquier forma y a pesar de ser mujeres, todas ellas han pasado a la Historia como grandes reinas.
La infancia de Blanca termina pronto: en el año 1200 se une en matrimonio con el delfín francés tras un acuerdo que sobrepasó las fronteras, siendo acordado en una negociación que incluyó a España, Francia e Inglaterra. En un primer momento no fue ella la elegida pero tras una visita de su abuela Leonor de Aquitania, marchó con doce años a Francia para ser la futura reina.
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